Mijail

Queridos amigos;

Tras un lapso de tiempo en el que me estoy intentando adaptar a los nuevos ritmos que nos impone nuestro querido Mijail, por fin, con éste dormido en el pecho de su mamá, y tras releer el post que le dediqué hace tiempo, me aventuro a escribir mi primer párrafo del blog ya como padre.

Y la diferencia es grande amigos, muy grande. Podría hablaros del ritmo agotador que llevo desde que hace 10 días salimos corriendo de madrugada al hospital, podría hablaros del cansancio, de los llantos y miedos que tenemos como padres primerizos o de la sensación de estar derbordados, pero creo que la mejor forma de hablaros de nuestra nueva situación es desde el amor.

El amor de una pareja que ha dado su fruto. El amor a esa pequeña criatura que me pusieron en los brazos mientras bajaban a su madre a la sala de despertar, a esos ojos que luchaban por fijar una imagen que se le hacía borrosa, que intentaban buscar un refugio en ése nuevo medio hostil al que acababa de llegar y que se hundía en mi pecho en busca de comida y calor humano.

Os puedo hablar de amor, amor y más amor. Una tabla a la que agarrarse en medio de esta terrible tempestad, una fuente de inspiración y un cambio de prisma a la hora de ver las cosas porque una pregunta me surge y quería compartirla con vosotros; ¿No estará ahí la clave para la solución de los problemas actuales?

Un abrazo y sobre todo; Gracias.