Art. 25.1. Declaración Universal de los Derechos Humanos:
"Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad."
No son un lujo ni una prebenda, son nuestros derechos y nos los están pisoteando por más que intente nuestro querido Virrey hacernos ver que no nos lo podíamos permitir, que vivíamos por encima de nuestras posibilidades. Un mojón.
No mezclemos churras con merinas.
La pasividad y resignación ante el atropello de estos derechos universales es inquietante. Más aún cuando se trata de derechos adquiridos y que son vulnerados por quien se supone debe ser garante de los mismos. Y todo para el pago de una deuda privada.
Borregos...
Bienvenido a "no valen crujios", lugar de esparcimiento físico, mental y espiritual, de una panda de indocumentados nacidos a finales de los 70. Nos asustaba un muñeco con pelos de cable que se llamaba la bruja avería, jugabamos en un campo de futbol con 5 esquinas, fuimos al médico con un dolor ficticio en el hombro para que nos vendaran estilo Oliver Altón, comiamos pollo con bollo en lo alto de un capo y con nuestras diferencias compartimos una de las cosas más importante en la vida, la amistad.
Nuestra máxima ,"un hombre que no tiene amigos desde pequeño, ni tiene amigos, ni es un hombre"
Nuestra máxima ,"un hombre que no tiene amigos desde pequeño, ni tiene amigos, ni es un hombre"
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