Allí estaba, triunfador como el que más; después de años de cortejo había conseguido una cita con ella para "ver" una película en el cine. No cabía dentro de sí, era una hazaña en toda regla y su pretendida el cañón más impresionante y con la carrocería más majestuosa de toda la universidad.
Pasaba una hora de visionado y aún no se había atrevido a pasarle el brazo por detrás de su cuello. Se lanzó al ataque y no hubo réplica, todo iba como la seda, con lo que decidió juguetear con el tirante del sujetador. Así pasó media hora larga, pero había que dar un salto de calidad; llegaba la hora de comerle la boca y quizás de pillar cacha gorda, incluso de una inmersión a la más fresca y aromática de las profundidades. Al ataque, pensó, estaba preparado, con el bote de desodorante Fa en spray a punto de caramelo llamándole desde el interior del pantalón...
Aquello fue como una bofetada en el "jocico", cuando aquella niña abrió la boca y un tsunami de podredumbre y halitosis salió como un torbellino. El bote de Fa se convirtió súbitamente en una pasa de corinto. Ahora entendió aquel olor a perro muerto que había percibido en distintas fases de la tarde.
Ya no había marcha atrás, el morreo era inevitable, pero antes de nada le lanzó un suave pico que ella consideró parte de la previa, con lo que ya la tenía otra vez con la boca abierta y donde atisbó hordas de orcos pestilentes asando perros en una de las ciénagas de Mordor.
Lengua no, pensó, lengua no por favor. Y no había terminado su ruego cuando aquella hija de la gran puta sacó aquella cosa de su boca y la metió en la suya. La primera sensación fue como si se hubiese comido un cocido de pura mierda... pasó aquel músculo por todos sus dientes, y ese chaval sólo pudo poner en blanco sus ojitos y pensar en el más allá, el "Curiosity", y en Luis de Guindos. No pudo evitar que parte del Big Mac que había ingerido cuatro horas antes, y que estaba localizado ya en el intestino grueso, saliera por sus orificios nasales después de un abrupto golpe de tos.
Se separó de ella, se limpió de un plumazo y tomó aire fresco y limpió. No supo como, pero se levantó en mitad de la proyección, para irse directamente casi sin pensarlo. Al verlo ella le preguntó confundida que adonde iba. La pregunta le pilló sin coartada y con pocas salidas, pero ya todo daba igual, pensó. Contestó lo primero que su subconsciente arrojó a la corteza cerebral: "Voy a Casa Trini, a por dos chicles de Astérix y por una palmera de huevo".
He dicho.
Bienvenido a "no valen crujios", lugar de esparcimiento físico, mental y espiritual, de una panda de indocumentados nacidos a finales de los 70. Nos asustaba un muñeco con pelos de cable que se llamaba la bruja avería, jugabamos en un campo de futbol con 5 esquinas, fuimos al médico con un dolor ficticio en el hombro para que nos vendaran estilo Oliver Altón, comiamos pollo con bollo en lo alto de un capo y con nuestras diferencias compartimos una de las cosas más importante en la vida, la amistad.
Nuestra máxima ,"un hombre que no tiene amigos desde pequeño, ni tiene amigos, ni es un hombre"
Nuestra máxima ,"un hombre que no tiene amigos desde pequeño, ni tiene amigos, ni es un hombre"
Jajajaja, Jajajaja, jajajaja pepolsports estás que te sales! Me has alegrado el inicio del día...
ResponderEliminarJajajajaja Milord, solo espero que haya sido un post inspirado en tu imaginación y no en una experiencia vital de la adolescencia.... Un abrazo!!
ResponderEliminarLo tuyo no tiene nombre, Pepol...eres un crack sin paliativos...
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