La inmensidad de un sonrisa

8:30

Despierto desde las 7, cansado, con sueño.

Después de una hora intentando dormir al pequeño de la casa, lo consigo, pero ya no hay nana que pueda hacer el mismo efecto conmigo...

Enciendo el móvil, algún que otro wasap de ayer y un correo, comentario del blog de pepolsports a mi post de la imagen de la luna para quitarse el sombrero. Me giro en la cama y allí sigue él, dormido, ajeno a todo, tranquilo, en una absoluta paz...me quedo pensativo, imaginando esa cabaña, esa vida...y retrocedo más allá, a los orígenes como comentó pepolsports. Estoy convencido que en la evolución del hombre, el contemplar a tu hijo durmiendo se ha transmitido en los genes, pocas cosas producen tanto placer...y ahí, en mi ensimismamiento, me traslado hacia atrás en el tiempo, mi cuarto una cueva, mi cama el suelo, la media luz de la mesilla la lumbre de la hoguera, mi hijo mi hijo, y en mi cabeza, en mis pensamientos, mis preocupaciones prehistóricas, el deber de proteger a todos los miembros de esa cueva, a pequeños y ancianos, el deber de alimentarlos, la obligación de enseñarle a cazar, a defenderse de los peligros de la naturaleza, la necesidad de que crezca fuerte para coger mi relevo cuando a mi me falten las fuerzas, enseñarle a hacer sus tareas, a respetar a la comunidad, a los ancianos, a las mujeres, a querer a todos los miembros de la cueva, a respetar la naturaleza...en ese momento un esbozo de sonrisa en su dormir, de esbozo a amplia mueca y de ahí, a larga carcajada que le lleva a despertarse, provocando en mi una sonrisa de oreja a oreja, desconcertado se despereza, bosteza, abre como puede los ojitos, me ve, vuelve a sonreír, alarga sus manitas hacia mi cara y acercando su cabeza a la mía me dice, hooolaaaaa!

No necesito nada más, no dejemos pasar las cosas importantes la vida, la luna, el sol, un árbol y la inmensidad de una sonrisa.

Ahí quedo.