CRITICA DE CINE: "TORR"

SINOPSIS:

La película narra las aventuras de Torcuato Martínez (Torr) en sus comienzos como superhéroe.

Natural de Somosierra, Torr era el típico bonachón de pueblo sin maldad ni prejuicios. Cansado de las ofensas por parte de su vecino Teodoro, cierto día le vio tirándole piedras a su rebaño. Advirtió al mismo de que cesara en su empeño, y el otro, a sabiendas de su inocencia siguió a lo suyo: piedra a piedra, y así sucesivamente.

Torr, curtido leñador, hartito de cargar sacos y sacos de material, saltó la verja de la finca y se dirigió a su rival eterno. "Teodooooroooo" le dijo, "que mi paciencia no es infinitaaaa". El otro siguió y siguió. Y de repente ocurrió lo insólito, con su mano izquierda del tamaño de una chuleta de "La Choza Manuela" agarró a Teodoro y le hizo una llave mágica colocando la cabeza de éste en su pechito, trabajado por duras jornadas leñadoras. Atisbó a lo lejos su martillo pilón, y dirigiose a él raudo y portando a tan villano contrincante. Y ni dios lo pudo evitar: pim, pim, pim, pim, pim, pim! hasta que le abrió la cabeza como si de un melón se tratase.

"Eres un superhéroe" le gritó su hermano desde la ventana de la finca, "tendrías que irte a la ciudad a salvarnos a todos de los villanos tradicionales". Y efectivamente así fue, pero necesitaba un traje, un atuendo a la altura. Buscó entre sus cuentos y libros hasta que rescató los cómics de Asterix: su héroe favorito. Y para no plagiarlo le añadió una capa... y al carajo!

Al llegar a la ciudad no lo pudo creer, vio a lo lejos la que pensaba era la mujer de sus sueños. Hablaba con alguien, un nota con mala pinta. Al acercarse la chiquilla se retiró, viendo a tan magnífico cateto vestido como Asterix pero con capa, y el hombre miró a nuestro superheroe: "¿ocurre algo?" preguntó Torr. "Nada" contestó el hombre, "solo le estaba prestando un cigarro". "¿Un cigarro?...", y sin mediar más palabra sacó su gigantesca mano izquierda, agarró al pobre señor por el cuello, le hizo la llave magistral, se lo llevó al pechito, sacó su martillo pilón de la capa... y pim, pim, pim, pim, pim, pim! Cabeza al carajo.

A partir de ahí la película transcurre a un ritmo frenético que encantará al espectador.

He dicho.