(Imprescindible haber leido con anterioridad "Critica de Cine")
Nieva. Hace frío. La ventisca mueve los árboles secos, helados, es difícil orientarse con una luz del atardecer tan tenue. Y es que después de 657 años de espera llegó el día en que la luna alcanza su punto más cercano a la tierra. Es inmensa, maravillosa, sublime. A esta noche, que ocurre en tan pocas ocasiones la llaman la "Noche Sangrienta", donde los lobos (hombres lobo) tienen licencia para matar, desgarrar, arrancar, morder, sin miedo a represalias, a persecuciones. Es su noche.
"Lobo" está en su roca, sobre la colina. Ha alcanzado su estado más avanzado: "Lobo Negro". Y está nervioso, respira con fuerza, hace años que espera este momento en donde podrá matar, morder... y lo más importante, no puede dar crédito a lo que ven sus ojos.
Es imposible que después de tantos años "ella" haya cometido una equivocación tan grande. Esa capa es inconfundible, rojo fuego. Se mueve con sigilo, pero no a sus ojos. "Lobo" es feliz, ríe, se excita, el bosque está solo, "ella" y él, una noche sangrienta.
"Lobo" se le acerca por la espalda, no le importa hacer ruido, no tiene escapatoria, pero "ella" no se inmuta. Él se acerca, gruñe, pero nada, "ella" sigue su camino impasible. "Lobo" se irrita, se enfurece, a la vez que se relame. No pensaba que "ella" fuese tan grande. Ladra, y nada. Se irrita... salta enfurecido sobre "ella" con las garras afiladas...
...!
...!
...!
"Lobo" rebotó cual pelele, aquello era un puto muro. No le dio tiempo a recomponerse cuando de aquella capa roja emergió una mano atroz con cinco dedos como cinco morcillas de Burgos. La mano le trincó del cuello y con el resto del brazo le torció a modo de llave magistral, inmovilizándolo por completo. Únicamente podía mover la pata trasera izquierda, a repellones. "Lobo" bufaba contra un enorme pecho peludo, cuando por el rabillo del ojo atisbó al que parecía un conocido suyo: "¿Será hijo de puta, éste es el cateto del Torcuato? ¿Y por qué coño va vestido de Asterix?. No le había dado tiempo a terminar de pensar cuando notó como el otro brazo de aquel individuo se alzaba hacia el cielo, portando un tocho de martillo que ni su puta madre!
Fue inevitable, cayó como una losa. Preciso. Perfecto. En todo el frontal: PAAAAAAMMMM!
Subitamente "Lobo" cambió a su estado humano, con algo de caquita que emergía cual pintura de pistola, y... PAAAAAAMMMMM! Segundo martillazo. Pasó de nuevo a estado "Lobo", de inmediato, sin los cambios de fase oportunos. Con el único ojo que le quedaba observó como Torcuato, con una faz tranquila, cual Papa Noel, con una precisión de cirujano, con un movimiento armónico simple acompasado, perfecto, como el papá que castiga a su nene, y aumentando progresivamente la velocidad, continuó....
PAAAAAMMMM!
PAAAAMMM!
PAAAM!
PAAM!
PAM!
PAM!
PAM!
Aquello estaba más duro que un cuerno, y con su brazo percutor lanzó a lo lejos a aquella mierda de perro.
Por los aires, como un trapo, "Lobo" gritó: "¿Y tú? Con esaass gafaaaaassssss"
He dicho.
Como un brazo pilon percutor...plim, plim, plim! Grande pepol!
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